El Boletín mensual sobre los mercados de deuda del Estado, elaborado por el Tesoro Público, indica que los particulares se muestran remisos a comprar títulos de deuda soberana española por la caída de la rentabilidad que ofrecen.
De esta forma los mercados financieros han relajado su presión sobre los títulos públicos. El bono español a 10 años cotizó a finales de agosto al 2,1%, un nuevo mínimo histórico. Las letras a tres meses llegaron a registrar tipos negativos en el mercado secundario durante la semana pasada. Esta situación convierte la deuda pública española en poco golosa para los pequeños inversores.
Durante julio, los particulares acumulaban 4.242 millones de euros la menor cantidad en manos de personas físicas desde 2010. Además la deuda pública en manos de particulares acumula un descenso del 10,5% en lo que va de año y ya solo representa el 0,60% del total, según datos del informe antes mencionado.
En cuanto a la deuda soberana en manos de inversores extranjeros alcanzó en julio un nuevo récord histórico. Los inversores no residentes acumulan 320.887 millones de euros, el nivel más alto en la serie histórica del Tesoro Público que arranca en 2001.
Respecto a la cartera de los inversores extranjeros en bonos y letras españoles, la misma superó por algo más de 5.000 millones el anterior máximo registrado el pasado junio.
La cartera de los inversores no residentes en deuda pública fue en julio un 28% más elevada que el dinero que habían invertido en títulos del Tesoro hace un año cuando ostentaban 250.162 millones de euros.
Por último vale mencionar que en lo que respecta a la cartera de deuda a vencimiento, tomando en cuenta los datos del mes de junio, las tendencias se repiten con un mes de retraso. En junio, la deuda en manos de extranjeros marcó otro récord de 296.769 millones y la de las personas físicas bajó a su mínimo desde 2010.