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Este último Julio, Brasil generó más de 138.000 nuevos empleos formales, lo cual constituye el mayor número desde que la crisis económica global hizo irrupción en Latinoamérica con todo su fuerza aproximadamente en Agosto del año pasado.
Estos datos oficiales fueron dados a conocer a través del Ministerio de Trabajo por intermedio de su titular Carlos Lupi, y se obtienen como consecuencia de haberse producido 1.398.181 contrataciones y 1.259.779 despidos en los registros de ese Ministerio.
Además de constituir una cifra récord para la crisis, Julio es el sexto mes consecutivo en el que se genera empleo, por lo cual le permite al Gobierno de Lula Da Silva compensar en parte los casi 800.000 nuevos parados que aparecieron en el mercado laboral entre Noviembre del 2.008 y Enero de este año como consecuencia directa y primaria de la crisis.
Fue en esos momentos en que la caída abrupta de la demanda externa por efectos de la recesión en los países tradicionalmente compradores de los productos brasileños y la restricción al crédito en los mercados internacionales afectaron al sector industrial, motor de la economía del país, e hicieron que muchas empresas redujesen su producción, concedieran vacaciones colectivas y efectuaran despidos masivos, llegando así al punto máximo en el número de parados que registró Brasil durante toda la crisis.
Pero ya en Febrero comenzó a recuperarse el empleo, y desde ese mes ha venido subiendo en forma ininterrumpida, llegando en Julio al pico de generación de nuevos puestos de trabajo.
En lo que va del 2.009 las contrataciones superan a los despidos en casi 438.000 puestos, los que de cualquier forma son menos de la tercera parte de los casi 1,5 millones de nuevos trabajos generados en el mismo período del 2.008, meses inmediatamente anteriores a la “explosión” de la crisis en todo su poderío.
Sin tener en cuenta Julio, los mejores meses para el empleo durante el 2.009 fueron Mayo y Junio, es decir el último trimestre junto con Julio, con 131.557 y 119.495 nuevos puestos de trabajo respectivamente.
Que las mejores cifras de generación de nuevos empleos sean las de los últimos meses habla a las claras de que la situación laboral y por lo tanto social en Brasil parece haber entrado definitivamente en una lenta pero ininterrumpida curva ascendente, con lo que la recesión comenzaría a ser sólo un mal recuerdo.