Una encuesta de la Iniciativa Salud y Trabajo (IGA) de las aseguradoras médicas, realizada en Alemania ha arrojado como resultado que apenas 1 de cada 6 trabajadores alemanes piensan en realizar una salida recreativa tras el trabajo.
Los motivos principales son dos: O bien se está muy cansado luego de la jornada laboral o bien se teme no poder contestar una llamada del jefe luego de la hora.
El estudio indica además que una de las cosas que impiden a los alemanes dedicar tiempo a su vida privada es el exceso de horas extra. Un 38,5% expresaron que sus patrones esperan que trabajen más de lo estipulado en el contrato.
Es por eso que los parlamentarios socialdemócratas alemanes buscan impulsar en esta legislatura una «ley antiestrés» que regule con exactitud en qué casos los jefes podrán molestar a sus trabajadores más allá de la jornada laboral.
«No se trata de imponer castigos inquisitoriales a los jefes que llamen a sus empleados a deshoras, sino de admitir que ciertas formas de entender la cultura laboral perjudican la salud de los trabajadores», indicó el ministro de Trabajo de Renania del Norte-Westfalia, Guntram Schneider, uno de los que apoya la iniciativa.
Si bien la idea aún está en su fase previa, la ministra de Trabajo, Andrea Nahles, ha mandado examinar la situación «con el fin de formular recomendaciones de actuación concretas en diálogo con la Ciencia y la práctica», señala una portavoz al diario Rheinische Post.
Curiosamente la opinión de la patronal es que las leyes existentes ya son suficientes …