El plan de ajuste que aprobó el nuevo Gobierno de España es una fuerte señal que da cuentas del compromiso que asumió el país con el ajuste fiscal que piden a gritos las autoridades europeas.
Este es, en resumen, el informe elaborado por el Banco de inversión Goldman Sachs acerca de la actualidad española. Pero asimismo GS asegura que las medidas tomadas por las nuevas autoridades conllevan el cierto riesgo de poner todavía más trabas al ya de por sí complicado proceso de recuperación y crecimiento de los españoles.
Esta es la primera valoración del Banco estadounidense acerca de las medidas adoptadas por el Poder Ejecutivo en el Consejo de Ministros del 30 de diciembre pasado.
Andrew Benito, el analista que firma el mencionado informe, aclara que el plan propuesto supera las expectativas previstas aún por los más audaces partidarios de medidas radicales. Según Benito, «será clave para España cómo se combinan estas medidas con un marco a más medio plazo de ajuste fiscal, reformas estructurales y crecimiento».
Goldman Sachs cree firmemente que, a la vista de las medidas tomadas, el plan de ajuste fiscal del nuevo Gobierno español muy probablemente vaya más allá de lo previsto en un principio, y tendrá un coste de los recortes y las subidas de impuestos que seguramente rondarán el 1,5% del PIB de España. Así se podrá en principio compensar las noticias negativas que dan por sentada una revisión al alza del déficit para este año 2.012.
El desequilibrio del 8% que anunció el ministro de Hacienda Cristóbal Montoro es también un guarismo “muy susceptible de ser revisado al alza”. Las fuertes y progresivas subidas de impuestos y la decisión de reducir la paga de los funcionarios pueden incidir en limitar el impacto sobre el crecimiento. En conjunto, “todas son medidas necesarias que llegan en un mal momento”.
Para el Banco estadounidense, frente a las previsiones de crecimiento para este año de un 2,3% que calcularon las anteriores autoridades, lo más probable es que el PIB español se contraiga un 1,5% en el transcurso del 2.012.
O sea que el ajuste se va a diluir por el deterioro el ciclo y esto va a obligar a nuevos recortes para que se puedan cumplir los compromisos que se tomaron con la Unión Europea.
Además Benito afirma que los planes de ajuste de cada país deben ineludiblemente ser acompañadas por políticas de la Eurozona que permitan una financiación más favorable para todas las economías consideradas “periféricas”, como es el caso de la española.