Miguel Martín, el presidente de la Asociación Española de Banca (AEB), se refirió en las últimas horas a la situación de Grecia advirtiendo de forma contundente que «la deuda de Grecia es peor de la que cualquier país emergente como Botswana».
Estas declaraciones fueron hechas durante su intervención en un curso de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo, y agregó que lo que en verdad se está discutiendo en el seno de la Unión Europea es el hecho de si Grecia debe o no salir de la Eurozona, una opción que a su juicio terminaría con el “derrumbe” del proyecto europeo.
Martín recordó que en las presentes circunstancias el Estado griego está gastando más de lo que ingresa, lo que es a todas luces una situación inviable, por lo que se encuentra abocado a un extremo proceso de reestructuración en todos los órdenes públicos.
Para el directivo el caso de los griegos es un ejemplo de que la Eurozona “no ha funcionado” al igual que tampoco lo hizo el mercado financiero europeo, porque de otra forma todo esto no hubiese sucedido.
En caso de producirse la caída de Grecia, el responsable de la AEB dijo que en los Bancos de España este hecho tendría un efecto prácticamente nulo, porque son muy pocas las inversiones que tienen en el país heleno.
Con respecto a su propio país, Martín le recomendó llevar adelante lo que denominó una “devaluación interna”. Al no poder devaluar su moneda por pertenecer a la Eurozona, lo que habría que hacer a su criterio es subir menos los salarios para subir menos los precios, a fin de ganar productividad y competitividad. Pero reconoció que ésta es una variable difícil de implementar y el Gobierno deberá explicar muy bien cómo la llevaría eventualmente a cabo. También aseguró que estas medidas tardan mucho en surtir el efecto deseado y mientras tanto provocan un gran sufrimiento en la población.
Consultado sobre las Cajas españolas y su salida a Bolsa en un momento de plena tormenta de los mercados financieros, causada por la crisis griega y los problemas de la deuda de los llamados “países periféricos” como es el caso de España, Martín opinó que a su juicio la concepción de un elevado riesgo para la economía española no es tan así, y sólo hay que lograr que esa impresión desaparezca para volver a conseguir grandes volúmenes de inversiones extranjeras.