Los cálculos varían de acuerdo al analista del que se trate, pero nadie duda que la solución de la crisis le va a llevar a España al menos una década, y esto en el caso de los catalogados como “optimistas”. El recorte del déficit del 8,5% del PIB al 3% en dos años es muy superior al de los países que ya fueron rescatados por la Unión Europea y el FMI. Tanto Grecia, Irlanda como Portugal debieron poner en marcha ajustes drásticos comandados desde Bruselas y Washington a cambio de ayudas multimillonarias.
Pero el de España supone un ajuste del 5,5% de su PIB que en los papeles implica un recorte más duro que el de las tres economías intervenidas.
Se viene un “tijeretazo” de alrededor de 55.000 millones de euros hasta fines del 2.013 que afectará a absolutamente todas las Administraciones y obligará a retocar todas las partidas, ingresos y gastos para que las cuentas comiencen a tomar un rumbo más o menos aceptable. Y esto hará que la recesión se endurezca y que suban las ya terribles cifras del desempleo.
En este mismo lapso Portugal e Irlanda deberán recortar el déficit en menos de tres puntos del PIB y Grecia en algo menos de cinco puntos. Todas las economías periféricas europeas están bajo la lupa, la española incluida.
En la práctica y con las cifras a la vista, las exigencias a la Administración española suponen un “castigo” mayor que al resto de las naciones más afectadas. Lo cierto es que no se recuerda en la historia económica contemporánea un ajuste semejante al que deberán llevar adelante las huestes de Mariano Rajoy.
Según Charles Wyplosz, del Graduate Institute, España enfrenta una dicotomía que empeora y mucho su actualidad: es la cuarta economía de Europa, demasiado grande para caer y demasiado grande para ser rescatada. A su parecer y textualmente “un ajuste de 55.000 millones en dos años es estúpido e injusto, pero no hay que olvidar que todo el mundo en Europa lleva meses tratando de forzar a los demás a hacer cosas estúpidas: por eso la crisis ha llegado tan lejos”.
España ha incumplido hasta ahora los objetivos requeridos por una combinación de factores que van desde el desplome en la recaudación de impuestos por la crisis hasta la negligencia en el control de las Comunidades. Pero lo cierto y concreto es que un ajuste del PIB de 5,5 puntos es demasiado para cualquiera, y eso deberá ser tenido en cuenta por las autoridades europeas.