La Comisión del Mercado de Telecomunicaciones (CMT) de España y las autoridades de Bruselas jamás se llevaron del todo bien. Por estos días el nivel de enfrentamiento ha alcanzado un nivel de encono como nunca antes se había visto.
La Comisión Europea (CE) “instó” al regulador español a que desista de su idea de esperar enero del año próximo para llevar adelante la rebaja de tarifas de interconexión móvil, que es lo que se abonan las compañías cuando los abonados se interconectan entre sí.
La CMT reaccionó de manera casi airada y recordó que la potestad de fijar esos precios de orden mayorista le corresponde a los reguladores nacionales y por lo tanto no piensa dar marcha atrás con los plazos acordados. Así le respondió al duro comunicado de la CE en el que se exige a la CMT que ponga en práctica una fuerte baja de las tarifas antes del fin de este 2.012 en curso.
Como se trata de precios mayoristas, la reducción de los mismos no implica necesariamente una baja automática de los precios que paga el consumidor, pero éste se ve beneficiado en la medida en que las compañías trasladen las tarifas a los precios finales.
En esta nueva e inusitada puja, Bruselas hace las veces de defensor de los consumidores españoles al tiempo que la CMT se hace eco de los argumentos de las operadoras telefónicas.
Neelie Kroes, la vicepresidenta de la CE, afirmó textualmente que “los consumidores españoles no tienen por qué pagar más de la cuenta por las llamadas móviles, sobre todo en un momento de dificultades para la economía nacional. El sector ha tenido ya tres años para adaptarse y no se puede justificar otro año de demora», recordando además que el principio de este ajuste se remonta al año 2.009.
Ya la CMT envió a Bruselas su propuesta el mes de febrero pasado, alegando que una fuerte disminución de los precios en diciembre de este año tendría un impacto sumamente negativo sobre el sector, especialmente en la referente a las inversiones necesarias para desplegar nuevas redes y mantener la calidad del servicio.
La CE ha declarado que los planes de la CMT quedan en suspenso a partir ahora y que va a negociar con el regulador en el curso del próximo trimestre cómo modificar la propuesta española para que se adapte al Derecho de la Unión Europea.