Un mal día en las bolsas europeas y una fuerte desaceleración cerca del cierre de los índices del Viejo Continente, sin el faro de Wall Street, cerrado por vacaciones. Además, hay decepción por las malas noticias económicas de Japón (la baja del 12,7% sobre el PIB durante el período septiembre a diciembre, el peor resultado en 35 años).
Otro resultado malo ha sido también el de Londres, con una pérdida de 1, 31%. La ciudad ha sufrido desde el comienzo, principalmente debido al Lloyds Bank, duramente afectado por las ventas (tan sólo un 30% el viernes último) y sobre todo por el tema recurrente de una posible nacionalización total del banco, debido a las fuertes pérdidas de HBOS, a cuyo rescate había ido hace unos meses.
A pesar de desmentidos oficiales del gobierno, el banco británico ha cerrado con una caída de alrededor del 8%, después de haber vivido los peores momentos de los últimos tiempos.
En una sesión impresa por el rojo, solamente tres valores no se han inscrito como pérdidas, al tiempo que las caídas han sido otra vez interpretadas por los bancos.
La falta de confianza en el progreso del sistema financiero ha llevado a los inversionistas a decantarse por las ventas y BBVA cayó un margen del 5,65%, seguido por el Banco Popular con el 5,15%, luego el Bankinter con el 4,34%, el Banco Santander con el 4,02%, Banesto con el 3,73% y el Banco Sabadell con el 3,62%).
En el resto de Europa, y con el euro a 1,27 dólares, los retrocesos han sido más contenidos: el Dax alemán se ha dejado un 1,06%, el CAC 40 parisino un 1,19% y el FTSE de Londres un 1,3%. Un triste camino hacia abajo que no parece alegrar a nadie, ni siquiera a los más siniestros agoreros.