El Gobierno de España consiguió que el Congreso aprobara el pasado miércoles un cuadro macroeconómico que, en verdad, ya fue superado por las nuevas exigencias de la Unión Europea. Y anunció además que va a asumir el coste de los 5.000 millones de euros adicionales de recorte del déficit público que “pidió” Bruselas.
Este coste, de acuerdo a declaraciones del ministro de Hacienda Cristóbal Montoro, recaerá sobre las cuentas del Estado y no sobre las Comunidades Autónomas.
Montoro le quitó importancia a este nuevo recorte y dijo que simplemente saldrá de “renuncias de proyectos de gastos a futuro” e “instrumentos fiscales equilibrados”. Así se podrá cumplir con el 5,3% de déficit público que están exigiendo ahora las autoridades económicas europeas.
Hacia fines de este mes de abril el Gobierno va a aprobar el proyecto de Presupuestos para el 2.012 con recortes en todas las partidas y seguramente nuevos ajustes tributarios, de acuerdo a lo insinuado por el ministro.
La intervención de Montoro en el debate del llamado “techo de gastos” quedó desbordada por la realidad de los últimos acontecimientos y las nuevas exigencias de la UE. Lo que se votó fue un cuadro económico con un déficit del 5,8% del PIB, cuando finalmente éste deberá ser del 5,3%.
La previsión del techo de gastos es de 118.565 millones de euros para todo este ejercicio, una cifra que representa una caída del 4,7% con respecto a la del 2.011. Sin embargo estos números ya se vieron desbordados por los acontecimientos y por lo tanto el recorte tendrá que ser todavía mayor.
Soraya Rodríguez, la portavoz del PSOE, pidió sin éxito que el texto del Gobierno fuera retirado “por inservible”, ya que casi todos los datos que incluye debieron ser modificados a la fuerza. Montoro defendió la postura gubernamental aduciendo que dicho texto sólo incluye un máximo de gastos, por lo que sigue estando vigente a pesar de las nuevas previsiones de las últimas horas.
Así consiguió el Ejecutivo que se aprobase un texto que a todas luces quedó desfasado de la realidad. No tuvieron ningún éxito las peticiones de vuelta atrás con un texto nuevo ya que el PP tiene mayoría absoluta como para no depender de nadie a la hora de la votación.
Todo el resto del Legislativo se abstuvo o votó en contra, pero eso poco importó a la hora del recuento de votos.