El cada vez más importante y requerido a nivel mundial presidente de Brasil Lula Da Silva arribó a Rusia en una visita oficial con el objetivo de impulsar la cooperación bilateral entre las dos naciones miembros del BRIC, las reformas de la ONU y la situación del diálogo con Irán por el tema nuclear.
Esta gira, que comenzó el pasado viernes con su reunión con el presidente ruso Dmitri Medvédev y el primer ministro Vladimir Putin, continuará en Qatar, Irán, España y Portugal.
En la reunión de los presidentes brasileño y ruso se firmaron varios acuerdos de cooperación científico técnica para el período 2.010-2.012, y otros de colaboración militar para el mismo período.
El Plan de Acción de la Asociación Estratégica, que suscribieron hace poco ambas naciones, también fue objeto de análisis para ver la posibilidad de utilizar divisas nacionales en el intercambio comercial entre ambos países.
También coincidieron ambos mandatarios en la imperiosa necesidad de reformar el Consejo de Seguridad de la Organización de las Naciones Unidas y otras importantes instituciones financieras como el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial, a fin de darle más injerencia en las decisiones a nivel global a los principales países emergentes.
La última visita de Lula a Rusia fue en agosto del 2.009, en ocasión de realizarse la primera cumbre formal del naciente grupo BRIC, en el que participan también India y China.
Pero ambos presidentes volvieron a reunirse el mes pasado en Brasil durante la segunda cumbre del BRIC, en oportunidad de la gira que el mandatario ruso realizó por los principales países de Latinoamérica.
La crisis nuclear con Irán fue objeto de un profundo análisis entre los mandatarios, de forma tal que Lula pueda conversar con el presidente iraní Mahmud Ahmadineyad por estas horas, ya que se ha ofrecido como mediador entre todas las partes a fin de alcanzar un acuerdo satisfactorio para todos.
Finalmente, Brasil ha decidido adoptar el sistema de navegación satelital ruso Glonass, que es la competencia del estadounidense GPS, por lo cual también los presidentes deben consensuar la manera en que esta tecnología llegará a Brasil, muy posiblemente a través de expertos rusos que viajen a preparar a sus pares brasileños.