El gobierno, la prensa y la sociedad de España no están para nada conformes con eso de que ahora los hayan incluido en un nuevo grupo llamado PIGS (cerdos en inglés) por la situación económica del país.
PIGS es un acrónimo formado por las iniciales de Portugal, Irlanda (en un principio fue Italia), Grecia y España (Spain en lengua inglesa).
Esta sigla es utilizada sobre todo por los medios periodísticos británicos en forma casi despectiva.
Baste con recordar un famoso artículo de finales del 2.008 del “Financial Times”, que escribió en su editorial de ese momento “hace ocho años los cerdos llegaron realmente a volar. Sus economías se dispararon después de unirse a la Eurozona. Ahora los cerdos caen nuevamente a tierra”.
Pero todo esto no es más que una cadena de denominaciones y declaraciones en muchos casos no demasiado felices.
La prensa española por ejemplo no se caracteriza por tratar demasiado bien a las economías y gobiernos latinoamericanos, salvo cuando las empresas españolas hicieron pié en Latinoamérica en busca de grandes negocios en la década de los noventa. Ahora las quejas van en busca de la prensa inglesa por el peyorativo “pigs”.
Es cierto que no es agradable para una economía como la de España, novena en el mundo medida por su PIB, que el país no figure ni siquiera en el cuasi selecto grupo del G-20, del cual participa generalmente en carácter de invitado de alguno de sus miembros o del país anfitrión.
Ahora han ingresado a un nuevo grupo por cierto nada agradable junto a los “primos pobres” de Europa.
El importante desarrollo español de las últimas tres décadas, luego del oscurantismo dictatorial, amerita quizás que España pase definitivamente a jugar en “las grandes ligas” y no ser ahora tratada como un simple puerco, de acuerdo al nuevo grupo que la economía mundial ha parido.
Evidentemente la nueva denominación “PIGS” no es otra cosa que una burda simplificación en un mundo globalizado donde la crisis económica mundial ha dado lugar a cualquier tipo de denominaciones y especulaciones, muchas veces bastante alejadas de la realidad.
Lo concreto es que la existencia de grupos como el PRAE (Países Ricos Altamente Endeudados) y otros por el estilo no colaboran para que los vecinos se miren con buenos ojos.
PIGS, BRIC, PRAE, G2, G5, G8, G10, G15, G20, y siguen las firmas…
Siglas que de por sí sólo parecerían denominar a un grupo de países pero que en la mayoría de los casos van mucho más allá de eso y suelen herir susceptibilidades y conducir a situaciones conflictivas no deseadas e innecesarias.
La crisis global sigue sin encontrar su piso, pero es prolífica en inventar nuevas denominaciones a los países del orbe.