En el último informe que el FMI dio a conocer acerca de la situación de Europa, señala que el ajuste fiscal que deberá llevar a cabo España, que incluye una fuerte subida de los impuestos y recorte de los gastos en todas las administraciones, va a ser el que más frene el crecimiento de todas las naciones europeas cuyos planes fueron analizados por los técnicos del organismo multilateral.
De acuerdo al estudio, que lleva la firma de Dominique Strauss-Kahn, el ajuste va a restarle 2,2 puntos porcentuales al crecimiento del PIB este año y otro 1,5% durante el 2.012.
En la lista de países analizados, a España le siguen Grecia y Portugal, aunque en estos casos todavía deben sopesarse las últimas medidas tomadas en estos países que debieron ser rescatados.
Una política fiscal restrictiva frena indudablemente la economía, lo cual no es una buena noticia, a pesar de que con estas medidas el FMI está convencido de las buenas intenciones de la administración central española.
El informe admite que España se está despegando de la difícil situación del resto de los países periféricos gracias a sus profundas reformas, pero igualmente todavía sitúa al país en el grupo al que pertenecen nada más y nada menos que las tres naciones rescatadas: Grecia, Irlanda y Portugal (los otros integrantes del indeseable grupo de los “PIGS”).
Para el Fondo en Europa y más precisamente en la Eurozona hay dos grupos de naciones, Y España cae aún del lado de los malos.
El FMI creó una nueva categoría que denominó EA4 (euro área 4), en la que España se encuentra junto a los países rescatados.
El Fondo en general alabó las medidas tomadas por el gobierno español, pero su benevolencia no pasa de eso. Sigue siendo profundamente crítico de la situación española.
Tampoco es muy claro para definir qué rasgos definen esta nueva categoría EA4, por lo que no es posible entender a ciencia cierta las analogías y diferencias entre los países rescatados y España.
Es tan así que en todo el informe sólo en una ocasión y en una pequeña nota a pie de página destaca que los cuatro países en cuestión son aquellos que han llegado a tener una prima de riesgo tomada frente al bono alemán superior a los 200 puntos básicos (dos puntos porcentuales) entre los meses de enero y abril de este año.