La economía mundial, que tanto sufrió como consecuencia de la crisis económica global que aún no terminó de marcharse de algunos países dejando sus secuelas sobre todo sociales, comenzará con su proceso de recuperación a lo largo del año 2.010.
Las autoridades de los organismos internacionales, la ONU en este caso, pronostican para este año un crecimiento global de la economía de alrededor del 2,4%.
Pero advirtieron al mismo tiempo que hay riesgos ciertos de que se produzca una recesión secundaria. Aunque la salida de la crisis para un número importante de naciones comenzó a llevarse a cabo en el segundo trimestre del año pasado y continuó en los trimestres posteriores, para este 2.010 que recién está tomando ritmo está pronosticada una caída del producto mundial bruto que se estima no será inferior al 2,2%.
Para el Departamento de Asuntos Económicos y Sociales de la ONU (UNDESA), el tema fundamental a tener en cuenta en los próximos meses es evitar un retiro prematuro de los estímulos que aplicaron muchas naciones a sus economías, y frenar con todos los medios al alcance de los funcionarios una abrupta caída del dólar, la que tendría consecuencias realmente imprevisibles para la economía mundial.
Todas estas conjeturas figuran en el documento “Situación y perspectivas económicas globales para 2.010” que el UNDESA dio a conocer no hace más que un par de semanas.
De acuerdo a las expectativas de los expertos de la ONU, tras la grave recesión que viene sufriendo el planeta desde hace ya más de dos años, el PIB mundial puede, dadas las circunstancias, llegar a crecer aproximadamente un 2,4% en el transcurso del 2.010, siempre que se sigan aplicando políticas masivas y concertadas por parte de las principales potencias mundiales, de las que se quiera o no depende en buena medida la marcha de la economía del resto del mundo.
Deberán implementarse todos los medios posibles para una rápida y sólida recuperación de la producción industrial, la que es fundamental después de la caída libre que sufrió el comercio internacional, los precios de los activos y la disponibilidad de crédito a nivel planetario desde que se declaró esta crisis hace casi dos años.
El elevado déficit de algunos países, como es el caso de los Estados Unidos, puede llegar a ampliar el desequilibrio macroeconómico mundial, y provocar un desmesurado aterrizaje del dólar con su consiguiente ola de inestabilidad financiera.