En las nóminas de febrero que por estos días están recibiendo más de 17 millones de españoles la mayoría observa con preocupación que, además de los efectos de la crisis, sus sueldos han bajado respecto del mes anterior. Y lo que sucede es que la nómina de febrero es la primera que refleja la subida del impuesto sobre la renta de las personas físicas (IRPF) que aprobó el actual gobierno de España el 30 de diciembre del año pasado.
La administración de Mariano Rajoy presentó este plan de subidas fiscales para reducir el déficit público y subir la recaudación en alrededor de 4.000 millones de euros.
Los trabajadores con sueldos más bajos, de hasta 17.000 euros al año, casi no notarán cambios en sus remuneraciones. Pero aquellos con un salario por encima de los 200.000 euros anuales percibirán unos 675 euros mensuales menos en sus retribuciones laborales. La subida es progresiva, pero lo cierto es que la mayor parte del aumento de la recaudación provendrá del 85% de los contribuyentes que perciben rentas medias.
Este aumento fiscal va en una escala de entre el 0,75 y el 7% en los distintos tramos del IRPF y el gobierno lo ha llamado un “recargo temporal de solidaridad”. Va a estar vigente durante los dos próximos años y después se verá cuál es su futuro.
Lo cierto es que, como sea que se trate de explicar, esta subida del IRPF supone una baja en el salario de los trabajadores.
A modo de ejemplo las autoridades explicaron que un contribuyente tipo, sin hijos y con un sueldo anual bruto de 30.000 euros, va a recibir en febrero unos 23 euros menos que en el mes anterior, lo que implica alrededor de 300 euros menos por año sólo por el IRPF.
Luis del Amo, gerente del Colegio de asesores Fiscales, indica que a esta subida de la retención deberá añadírsele el recargo autonómico, lo que implica una baja más al salario de los trabajadores, ya que las Comunidades tienen competencia para aplicar deducciones extras y subir los tramos del impuesto, como es el caso de Cataluña, Andalucía, Asturias y Extremadura.
En el ministerio de Hacienda se estima que los contribuyentes pagarán un promedio de 222 euros anuales con esta nueva subida impositiva. Y la mayor parte del aumento fiscal recaerá entre quienes cobran entre 20.000 y 45.000 euros al año.