La empresa PRISA abrió el lunes pasado el proceso por el cual firmará la refinanciación con todos sus Bancos acreedores, tanto los que participaron en un préstamo otorgado en el año 2.006 como los titulares del crédito puente y del subordinado que se firmaron en el 2.007. También los que participan en préstamos bilaterales vigentes.
El grupo de comunicación, editor entre otros del diario “El País” de España, aseguró que éste es un hecho relevante que fue comunicado el día martes 27 a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV).
El préstamo que se gestionó en el año 2.007 se transforma por este proceso en uno nuevo con vencimiento el 19 de marzo del 2.014. Pero incluso podría prorrogarse por ciertos motivos, como la emisión de un bono, hasta el 19 de diciembre de ese año.
El crédito puente no tiene vencimientos parciales y al igual que los créditos bilaterales se extienden hasta mediados de enero del 2.015, pudiendo también alargarse hasta el 19 de setiembre de ese año. El crédito subordinado, por su parte, se prorroga hasta setiembre del 2.015, cuando se den las eventuales condiciones de extensión de los otros préstamos.
Todos estos acuerdos fueron firmados por todos los Bancos acreedores de PRISA. Se prevé que el proceso culmine en los próximos días después de que alguna de las entidades acreedoras extranjeras envíe los poderes originales, cosa que se espera suceda después de las fiestas navideñas ya pasadas y las de fin de año.
Al término de la firma de este proceso, PRISA y sus socios de referencia van a suscribir nuevas acciones de la sociedad por un importe nominal de 150 millones de euros, a razón de 2 euros por acción.
Con estos acuerdos y la nueva estructura financiera que se desprende de ellos PRISA podrá concentrarse en el desarrollo de sus negocios y en el proceso de transformación en el que está empeñado por estos meses, poniendo especial énfasis en lo concierne a las tecnologías digitales.
Un año atrás PRISA ya había comenzado su restructuración financiera con la incorporación de varios socios en sus empresas y la ampliación de su capital, lo que se hizo mediante la venta de participaciones minoritarias en algunas compañías y la entrada de nuevos accionistas en la matriz de la empresa.
La suma de estas operaciones le significaron al grupo una entrada en efectivo muy cercana a los 2.000 millones de euros, con lo que destrabó en gran parte el estancamiento financiero que PRISA sufría por ese entonces.