El actual presidente de Bankia, Rodrigo Rato, está de acuerdo con el máximo dirigente de AEB, la patronal bancaria de España, Miguel Martín, en varios aspectos de las fusiones que se han llevado a cabo hasta ahora.
“En España hubo fusiones y desde ya que no todas tuvieron éxito. La estadística nos indica que ahora seguramente ocurrirá lo mismo”, declaró Rato a mediados de la semana pasada.
De hecho estas afirmaciones se contradicen totalmente con la postura del gobernador del Banco de España, Miguel Ángel Fernández Ordóñez, que por ahora autorizó todas las alianzas propuestas y niega que al momento haya entidades inviables.
Rato no especificó a cuáles entidades se estaba refiriendo, pero todos en el mundo financiero sospechan que las más arriesgadas son las fusiones regionales, muchas veces llevadas adelante con notorios criterios políticos.
El ex director gerente del FMI hizo hincapié en el tema de la fuerte competencia del sistema financiero español. Con referencia a la salida a Bolsa de Bankia, negó que se le pueda calificar como “Banco malo” al grupo donde se agruparán, valga la redundancia, los activos inmobiliarios dañados. Aseguró que ese holding va a dar beneficios desde el principio, por lo que no se lo puede llamar “malo”.
Rato no especificó qué activos van a estar en una y otra entidad, pero dejó en claro que las participaciones industriales más valoradas se van a trasladar al Banco cotizado.
El dinero que Bankia recibió del fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria va a actuar como soporte del Banco malo. Esto provocó críticas de varios banqueros en el sentido de que el dinero público se use para aguantar los activos inmobiliarios de las Cajas, al tiempo que salga a cotizar sólo la parte “buena” del negocio. En respuesta a esto, Rato dijo que lo hace para “dar al mercado lo que el mercado quiere”.
Pero no todos los banqueros criticaron a Rato. Ángel Cano, el consejero delegado del BBVA, salió en su defensa al afirmar que “las Cajas deben generar como sea el negocio más limpio y estable posible para poder atraer así capitales privados”.
En un punto intermedio se colocó Jaime Guardiola, el consejero delegado del Sabadell, al decir que “el dinero público es perecedero y necesariamente debe ser sustituido por capital. Habrá que ver cómo se desarrollan los acontecimientos”.