La Asociación Española de Banca (AEB) declaró a través de su presidente Miguel Martín que cree que todavía serán necesarias nuevas medidas de ajuste en España porque este año es muy difícil que se llegue a las previsiones oficiales de crecimiento del PIB, lo que va a redundar en dificultar el cumplimiento de los objetivos presupuestarios que se fijaron.
Esta es sólo una de las conclusiones del último informe económico y financiero de la AEB. Allí se considera “urgente” apurar y profundizar las reformas estructurales sobre todo en el ámbito del empleo, terminar con la reestructuración de las cajas de ahorro, y en particular lograr recuperar la confianza de los mercados internacionales.
Según Martín, el éxito de todas estas políticas no solamente es la mejor garantía sino que son condición necesaria para poder regresar y sostener el estado de bienestar de los españoles, porque en la actualidad la recuperación del país es muy débil al apoyarse en bases demasiado frágiles, encontrándose además con un entorno generalizado poco propicio para consolidarse.
Según los datos del segundo trimestre, en los últimos dieciocho meses el PIB creció a un ritmo medio intertrimestral del 0,2%, una tasa muy exigua como para poder sostener los deseos de recuperación. Y este pequeño avance del PIB se apoya exclusivamente en el sector exterior por la gran caída de la demanda interna de más del 10%. Tampoco ayudan el debilitamiento de la actividad industrial y el fuerte deterioro del mercado laboral.
Con respecto al estado de las cuentas públicas, la AEB confía en el desempeño del gobierno central pero tiene serias dudas acerca del cumplimiento de los objetivos que se plantearon para las comunidades autónomas.
Martín destacó que la actual crisis del euro provocó un profundo deterioro en la confianza de los inversores internacionales, con lo que se provocó una importante subida en la prima de riesgo de España en el mes de agosto, cuando creció por encima de los 400 puntos básicos.
Y los posteriores acuerdos alcanzados en Europa después de los picos de la crisis no pudieron hacer desaparecer las tensiones, aún a pesar de la compra de deuda por parte del Banco Central Europeo, que tuvo efectos parciales y pasajeros.
Para la AEB sólo nuevos recortes en los gastos para reducir el déficit fiscal podrán a mediano plazo devolver la confianza de los mercados en el sistema financiero español y de toda la Eurozona en general.