El grupo empresarial español Sacyr Vallehermoso debe este año enfrentar vencimientos de deuda por alrededor de 6.700 millones de euros. De este importe casi 5.000 millones corresponden al préstamo que tomó para la compra del 20% de Repsol, el que vence el 21 de diciembre próximo.
Los directivos de la compañía creen que podrán lograr una prórroga de al menos un año para ese préstamo, motivo por el cual iniciará negociaciones con sus acreedores en los próximos meses.
Lo que ocurre es que la empresa que dirige Luis del Rivero tiene claro que con el presente panorama de crisis financiera la refinanciación no está para nada garantizada.
Sacyr considera la inversión hecha con Repsol como “estratégica y permanente”, y salió a dar explicaciones diciendo que desde el principio de las negociaciones supo que ese préstamo debería ser refinanciado en varios períodos sucesivos. Pero lo concreto es que se podría dar el caso de la renuncia a la refinanciación de parte de alguna o de todas las entidades financieras involucradas en la operación por la actual situación del mercado de crédito.
En ese caso el grupo debería hacer frente a la amortización de la deuda con la venta de las acciones de Repsol, en el mercado bursátil y con colocaciones parciales, o sino en una venta global.
La empresa dejó en claro que en el propio contrato de préstamo se prevé la posibilidad de negociar de mutuo acuerdo entre las partes la extensión del vencimiento por un año más, y que confía en que esa extensión se produzca en forma satisfactoria a fines del 2.011.
Sacyr dejó en claro que el valor monetario de su participación del 20,01% en Repsol es superior al de la deuda que se generó con la compra de dichas acciones, las que están pignoradas como garantía al igual que las de Testa y Vallehermoso.
El promedio de dicha participación es al día de hoy de 26,71 euros por acción. Pero la empresa ya durante el 2.010 tuvo que admitir un deterioro de no menos de 640 millones de euros en el valor global de su participación del 20% de la petrolera hispano-argentina, el que ahora está contabilizado en alrededor de 7.057 millones de euros, es decir 28,9 euros por acción, después de los resultados generados.