Las economías más débiles de la Eurozona continúan cayendo en sus calificaciones.
El martes pasado la agencia de calificación Standard & Poor´s (S&P) rebajó la calidad crediticia de Grecia y Portugal, dos de las naciones de la zona euro con problemas de mayor envergadura. Y ahora el efecto arrastre alcanzó a España.
Pero la diferencia entre estos países sigue siendo muy grande. Madrid mantiene una calificación que equivale a un notable, mientras que Atenas ya entró en un gran suspenso en cuanto a su credibilidad, al haberse convertido en el primer país europeo con una deuda que llegó al nivel de “bono basura”.
Dentro de lo que puede considerarse un nivel de credibilidad alto, S&P rebajó la calidad de los bonos de España de AA+ a AA, que es el tercer escalón en el podio crediticio. Aunque lo más importante y preocupante es que la calificadora de riesgos añade a su análisis la frase “con perspectivas negativas”, lo que implica que si la situación fiscal sigue sin encaminarse y no mejora de acuerdo a lo previsto por los analistas del Gobierno de Rodríguez Zapatero, podría haber nuevas rebajas en la calidad de la deuda española.
Las otras dos agencias calificadoras de riesgo de nivel mundial, Fitch y Moody´s, mantuvieron su máxima nota para la deuda española, que es la otorgan a la gran mayoría de los países europeos.
Bélgica está en un nivel similar al español. Luego vienen Irlanda, Italia y Portugal. Y como ya se está transformando en una costumbre, Grecia va como furgón de cola del tren de la economía de la zona euro.
Pasaron pocos minutos entre el anuncio de S&P y el cierre de la bolsa de Madrid, pero fueron suficientes para que el Ibex35 se hundiera por segundo día consecutivo.
Cuando se les preguntó a los analistas de S&P el por qué de la no espera al cierre de las operaciones bursátiles, respondieron con un lacónico “no tomamos medidas en función de los mercados”.
Pero los mercados siempre deparan alguna sorpresa por comportarse muchas veces de forma imprevisible.
La prima de riesgo de España, que en teoría debería haber subido por la nueva calificación de S&P, no sólo no aumentó sino que se redujo en cuatro puntos básicos, algo bastante incomprensible.
José Manuel Campa, el Secretario de Estado de Economía, opinó que la economía española ha vuelto a recibir un jarro de agua fría, pero los efectos de ese jarro serán limitados en tanto y en cuanto todo el mundo sabe que la situación en España “no es sencilla pero está totalmente bajo control”.