Trichet le solicitó a Salgado que España no reduzca el ritmo de las reformas

Trichet le solicitó a Salgado que España no reduzca el ritmo de las reformas

El pasado domingo 7 de agosto la ministra de Economía de España Elena Salgado dio a conocer el paquete de medidas presupuestarias que el gobierno implementará para combatir de la forma más eficaz posible esta nueva crisis de deuda que afecta a varios países de la Eurozona.

Y este anuncio de Salgado estuvo precedido por una fuerte subida de la presión que sobre el país ejerció el Banco Central Europeo (BCE). Su presidente, Jean-Claude Trichet, le envió unos pocos días antes al gobierno español donde le pedía que no cesara el ritmo de las reformas y las medidas para contener el déficit.

El tenor de la carta de Trichet se discutió en la reunión que las autoridades del BCE celebraron el 4 de agosto pasado y la nota partió para España al mismo tiempo que otra que fue enviada al primer ministro de Italia Silvio Berlusconi para que también apresure el ritmo de las reformas fiscales pedidas al gobierno de su país.

Fuentes cercanas al consejo de gobierno del BCE afirmaron que la carta que se envió al gobierno de Rodríguez Zapatero puntualizaba las medidas fiscales y estructurales que al entender del BCE son imprescindibles para que los españoles alcancen los objetivos de crecimiento y competitividad a nivel regional que se han comprometido a lograr.

Así es que Salgado anunció el domingo 7 que, por ejemplo, el gobierno subirá los pagos a cuenta a grandes empresas, se pondrá en marcha un plan de ahorro del gasto farmacéutico y se flexibilizarán los términos de los contratos a tiempo parcial.

El ministerio de Economía español señaló que todas esas medidas ya estaban decididas antes de la misiva del BCE.

Recordemos que el BCE había aprobado por esas horas la compra tanto de bonos españoles como italianos en un intento por aplacar las consecuencias de las crisis de deuda que afectan a ambas naciones. Y pocos días antes ya Trichet había anunciado que se retomaban las “medidas extraordinarias” en los mercados de deuda secundarios, al comenzar a comprar también bonos de Portugal e Irlanda.

En el caso de España e Italia, las cartas que se enviaron a las más altas autoridades de ambos gobiernos pusieron muy en claro las condiciones que el BCE creía indispensables para proceder a comprar bonos, lo que comenzó a hacerse el lunes 8 por la mañana.

Durante toda la semana, la compra de bonos españoles por parte del BCE ayudó a bajar la presión sobre la prima de riesgo española, un hecho que se estaba transformando en un problema de muy difícil solución.

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